Faltan solo unos días para despedir 2018 y dar la bienvenida a las tendencias que revolucionarán el sector de la TV de pago el año que viene. Haz clic en los iconos de abajo para descubrir las predicciones de nuestros expertos y ¡prepárate para 2019!

Faltan solo unos días para despedir 2018 y dar la bienvenida a las tendencias que revolucionarán el sector de la TV de pago el año que viene. Haz scroll hacia abajo para descubrir las predicciones de nuestros expertos y ¡prepárate para 2019!

En el movimiento está la supervivencia. Hoy en día, los operadores de televisión digital disfrutan de una posición envidiable: una relación de largo plazo con el usuario, acuerdos de distribución de contenidos establecidos, y el control de la red que permite al consumidor disfrutar de una “ventana” al mundo digital.

Sin embargo, al igual que Alicia en el cuento de Lewis Carroll, estar quieto no significa quedarse parado sino quedarse atrás, y dejar el negocio en manos de los competidores. Para enfrentar esta amenaza, su camino pasa por mantener la confianza de los clientes proporcionando servicios que aprovechen el conocimiento generado en el uso de esa ventana; diseñar y mantener un entorno unificado y sencillo de entretenimiento; y llegar a acuerdos con terceros para crear nuevos modelos de negocio, como publicidad o servicios basados en el IoT.

A continuación, analizamos varias tendencias que creemos que mejorarán la vida de sus suscriptores y por lo tanto consolidarán el futuro de los operadores, a través de una aplicación inteligente y disruptiva de los recursos tecnológicos a nuestro alcance. Para terminar, me gustaría desearles, en nombre de Mirada, un feliz y próspero año 2019.

José Luis Vázquez
CEO


Con la exitosa irrupción de Netflix, Prime o Hulu no cabe duda de que los servicios OTT van a seguir creciendo en los próximos años. Sin embargo, el consumo no se limitará a los contenidos bajo demanda. Los eventos en directo, como el Mundial de Fútbol, los Juegos Olímpicos o la Fórmula 1, junto con un incremento del ancho de banda y una mejora de las redes de datos, provocarán una expansión drástica del streaming vía OTT. Por tanto, las nuevas soluciones que aprovechan el ancho de banda de manera más eficiente serán esenciales en el futuro, de modo que los operadores preparados para usar el Multicast ABR se convertirán en los líderes a largo plazo.


En la sociedad del IoT, perder unos segundos en teclear el nombre de una película resulta frustrante. ¿La solución? Los asistentes virtuales. En los últimos cuatro años, ha habido intentos de trasladar estos asistentes digitales al mundo del consumo de contenidos. Más allá de las típicas discusiones sobre la privacidad (“Big brother is watching you!”), la principal razón del fracaso de estos ensayos ha sido la mala experiencia. Utilizar el asistente de voz era incluso menos satisfactorio que emplear el control remoto: errores en el reconocimiento, frases complejas requeridas para acciones simples…

Las dificultades que plantea, por tanto, son puramente tecnológicas, lo que hace finalmente inevitable la transición a este paradigma. En este sentido, aquellos operadores que consigan posicionarse primero gozarán de grandes ventajas competitivas hasta que las soluciones se asienten globalmente. Una de las incógnitas fundamentales es ver cuál de las soluciones existentes (Google, Siri, Alexa…) se convierte en el estándar de facto.


La publicidad se basa en posicionar mensajes allá donde se encuentre la audiencia objetivo. En el caso del sector audiovisual, ha pasado de estar exclusivamente en los canales de televisión, en bloques publicitarios o como parte del contenido, a encontrar otros formatos, gracias a la digitalización. El papel del operador de TV digital también ha cambiado, de ser un mero agregador y distribuidor de canales a convertirse en la ventana de acceso al entretenimiento digital.

Es esta ventana, con las posibilidades que la tecnología ofrece, la que ahora permite al operador conocer a su audiencia, gracias a las herramientas analíticas, y crear formatos publicitarios. La creación y comercialización de estos modelos inclinará la balanza del mundo publicitario hacia aquellos que sepan hacerse con el papel de gestor del entretenimiento de los usuarios finales.


Este pasado año, hemos visto la explosión de Android TV en el ámbito BYOD, permitiendo a los usuarios el acceso a contenido OTT desde sus propios televisores y STBs. En 2019, veremos si Android TV desembarca masivamente también en el Pay TV para mantener la motivación de Google en su evolución. Google está esforzándose para impulsar su programa Operator Tier y adaptar la plataforma a las necesidades de los operadores en un modelo de alquiler de STB.

En base a nuestra experiencia en el sector, sabemos que este modelo tiene unos requisitos mucho más exigentes que la mera publicación de una app para consumo OTT: los grandes operadores demandan un nivel de customización y control más allá de los estándares de internet. En los próximos meses, se dilucidará si el interés de Google y los operadores logra salvar esa brecha y afianza Android TV como base tecnológica en Pay TV.


Más rápido, más seguro y más eficiente. Los despliegues automáticos de aplicaciones sobre una infraestructura de alta disponibilidad, basada en Kubernetes, permiten cumplir con las expectativas de los operadores y los clientes en la rebaja de los tiempos de actualización y despliegue. En 2019, se incrementará el uso de estas tecnologías, en parte, gracias a las exigencias de reducción de costes de despliegue y operación.

La implementación de estas arquitecturas virtualizadas posibilita un escalado horizontal de infraestructura y servicios para ajustar el dimensionamiento del sistema frente a cargas inesperadas o picos de tráfico, siempre garantizando una alta redundancia y disponibilidad de los datos. La actualización continua permite una transición indolora entre versiones, a la vez que minimiza los tiempos muertos. Finalmente, gracias al canary testing, es posible la convivencia de versiones estables junto con versiones beta. Y toda esta complejidad, se controla fácilmente desde la simpleza de una sola línea de comandos. Checkmate!


La Experiencia de Usuario (UX) ha enfocado sus esfuerzos en diseñar productos centrados en el usuario, favoreciendo su retención y consiguiendo un incremento masivo en ventas. Se han utilizado técnicas como los test de usuarios o prototipado para alcanzar este objetivo, pero, en estos últimos años, ha surgido un nuevo elemento a considerar: las analíticas de uso a través del Big Data.

El mundo web está dominado por Google Analytics desde hace más de una década, pero en el sector de las aplicaciones no existe una herramienta tan potente y universal, por lo que a las empresas les cuesta comprender cómo se comportan sus usuarios. No obstante, el mercado de Big Data alcanzará los $160.1 billones en 2019. Parte de esta inversión permitirá incrementar la utilización de analíticas en el campo del UX sobre las que fundamentar la toma de decisiones.


La tendencia es crear ecosistemas de software con múltiples interrelaciones (IoT). Sus casos de uso serán más numerosos y complejos, cruzados, menos deterministas. La cantidad de usuarios seguirá creciendo, al igual que su exigencia. De ahora en adelante, será más relevante que nunca considerar ‘Calidad’ (QA) como una ‘Cultura’, no sólo como una red estratégica de seguridad.

Todos somos actores relevantes que debemos ‘QApasionarnos’. Cada uno, individualmente, es esencial. El conocimiento, la actitud y la involucración de cada miembro de una organización determinarán la ‘Calidad’ del resultado (el producto y el proceso que seguimos para crearlo y entregarlo (p.ej. Agile, CI, DevOps)), manteniendo, al mismo tiempo, la flexibilidad y la agilidad, los plazos y los presupuestos. La ‘Calidad’ empieza en nosotros mismos; ‘Calidad’ somos todos.


El auge de las plataformas de SVoD, como Netflix, y el boom de otros productos, igualmente basados en modelos de suscripción, están cambiando de forma drástica lo que demanda el consumidor. Esto lleva a las telcos y los operadores de televisión a expandir sus ofertas, con muchos de ellos haciendo ya fuertes inversiones en IoT, o incluyendo electricidad u otros suministros en sus paquetes de servicios. El año que viene habrá más compañías yendo en esa dirección.

Por otro lado, los usuarios ya acceden a su contenido desde las apps para múltiples dispositivos, así que algunos operadores intentarán animarlos a dar más uso al STB, convirtiéndolo en un home hub, algo que brinda mucho más que puro entretenimiento de TV, proporcionando servicios parecidos a los que ofrecen los altavoces inteligentes de Amazon o Google. Al final, telcos y operadores se benefician de una larga relación de billing con el consumidor final, siendo la elección natural para gestionar todos los servicios de los usuarios bajo una única suscripción.


Al acelerarse los cambios en el mercado de la TV digital, los proveedores de software afrontan grandes desafíos. Las soluciones de arquitectura tradicionales no consiguen seguir el ritmo de la demanda. Los microservicios, en cambio, ofrecen un enfoque más ágil: permiten desarrollar un portafolio para proporcionar nuevas funcionalidades, con componentes específicos, y desplegarlas a escala, usando Kubernetes. No obstante, este cambio de paradigma supone un incremento exponencial de la complejidad de los sistemas. Los entornos de producción ya no se comportan como sistemas pre-live, pues es imposible diseñar todos los escenarios de fallo posibles.

La ingeniería del caos sí lo permite. En vez de esperar a que surjan incidencias, planifica pruebas que provocan errores en el sistema live y observa los resultados. Además, detecta los puntos débiles de la arquitectura para poder solventarlos y, así, mejorar significativamente la fiabilidad y la resiliencia. En definitiva, optimiza la experiencia del usuario final.


Machine learning y deep learning son dos de las ramas de la inteligencia artificial que mantendrán su auge en el sector del entretenimiento en 2019, gracias al éxito que han tenido gigantes como Spotify o Netflix, en sus respectivos mercados. Con un número gigante (y creciente) de contenidos al alcance de los consumidores, una de las claves del negocio consiste en predecir lo que cada uno de los usuarios quiere consumir, teniendo en cuenta sus gustos y hábitos, así como la hora, el día de la semana o el dispositivo que utilice.

Y esta clase de personalización sería imposible sin la intervención de la inteligencia artificial. Bien es cierto, que dista mucho aún de ser una ciencia exacta, pero seguro que en los próximos meses más players apostarán por una tendencia que ha llegado para quedarse.


En el último año, el consumo de contenido audiovisual muestra una preferencia de los usuarios por dispositivos conectados que permiten ver streaming de vídeo en el televisor del hogar, en detrimento del consumo en dispositivos personales. Por este motivo, la presencia en Smart TV, Android TV, videoconsolas y Apple TV será cada vez más demandada por los operadores.

Dar servicio a estos dispositivos, manteniendo además la oferta en móviles y PC, planteará, en 2019, nuevos retos a todos los actores en la cadena de streaming, debido a lo heterogéneo de los requisitos que imponen las plataformas, en lo referente a formatos de codificación, packagings y DRM. La reducción del tiempo de acceso al contenido tomará aún más relevancia, y con ello la optimización a todos los niveles: en el segmentado de video, prestando especial atención al tamaño de los segmentos y de las playlists; en la CDN, y en el ajuste de los diferentes parámetros de los reproductores.


En un ecosistema de Pay TV cada vez más cambiante es necesario asegurar la adaptabilidad y escalabilidad del servicio. Ser capaz de minimizar los costes y tiempos de despliegue es vital. En este sentido, el papel del integrador es clave y crear un entorno acogedor para los partners, importante.

El enfoque SaaS es una opción que cubre todas estas exigencias. Migrar de una arquitectura tecnológica a una de servicios se hace, por tanto, imprescindible. Esto conlleva adaptar la forma de desarrollar para crear un ecosistema de API que facilite el rápido despliegue de la innovación y la integración total, en un entorno totalmente orientado al cliente final, que permita la personalización, aprovechar las sinergias del mercado y minimizar los riesgos de la operadora.

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